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domingo, 12 de diciembre de 2010

Etiqueta subterránea.

El hombre en sociedad se convierte en un ser bastante extraño, y como consecuencia de esto, con comportamientos extraños también.

Por ejemplo, el Homo civitatis cuando intenta ascender al subterráneo, no espera a que descienda el pasajero que intenta bajar para luego subir, sino que intenta subir antes de que la otra persona descienda.
Generando de esta forma y por supuesto, un entrechocar de cuerpos que pugnan por descender y cuerpos que pugnan por ascender a la formación. ¿Por qué? Nunca lo sabremos.

Otro Homo civitatis, luego de haber empujado para subir, hablará a los gritos a través de su teléfono celular. Como si a todos los pasajeros debieran interesarnos sus avatares amorosos. La verdad es que no, ni un poco le interesa al resto.

El Homo civitatis fumador, espécimen bastante abundante, enciende su cigarrillo antes de haber salido totalmente del subte. Es más, lo hace justamente mientras sube por la escalera mecánica. Por lo que todo el humo de su cigarrillo es aspirado obligatoriamente por todos los no fumadores que vienen en la escalera mecánica detrás de él, sin posibilidad de evitarlo. A menos que contengan la respiración hasta haber salido a la superficie. Un macanudo con todas las letras, que  no puede aguantar ni un segundo sus ansias de compartir el poco saludable humo que emana, con sus compañeros de viaje en escalera mecánica.

Hay una regla no escrita, pero sí conocida por casi todos los usuarios de subte y es la que indica que en la escalera mecánica sobre la mano derecha las personas se quedan quietas, pero sobre la mano izquierda, caminan. Es decir, van subiendo a medida que la escalera sube, permitiendo que los pasajeros circulen más velozmente. No está bueno quedarse entorpeciendo al paso.

Son Homos civitatis singulares, que por supuesto, en otros ámbitos se comportan de la forma más civilizada que nos quepa imaginarnos. Pero no en el subte, ese lugar extraño y misterioso donde las reglas de la “buena conducta” quedan abolidas y la etiqueta subterránea parece haber sido creada para no cumplirse.