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viernes, 23 de julio de 2010

Ciudad Tomada.

El centro de la ciudad está siendo objeto de una invasión. No quiero alarmar a nadie, ni tampoco quiero que sucedan hechos dramáticos, como se desencadenaron aquella vez que por radio transmitieron “La Guerra de los Mundos” de Orson Welles.

Aparte de que, ni un poco me creo que esto lo lea tanta gente como para tener semejante poder, tampoco es tan dramático.

La ciudad está siendo invadida por niños de todas las edades, razas, colores y religiones.

Con andar un poco por calles y avenidas, nos encontramos con bandadas de infantes (y no de marina) por todos lados que junto con sus padres y sus peluches, merchandising del muñeco de turno, lo copan todo.

Esta escena se repite, a lo largo de las cuadras y en las puertas de los teatros de toda la concurrida Avenida donde se concentran la mayor parte de las salas de la ciudad. Dificultad para avanzar y gritos por todos lados. Un engorro.

Sin embargo y al rato de haberme malhumorado, me acordé de cuando era niño y disfrutaba de esas salidas en las que yo era el centro de atención. Me llevaban a ver alguna obra de teatro y me compraban gaseosa en algún local de comida rápida (había solo uno en aquella época) y papas fritas o pochoclos. O íbamos al cine a ver la película de mis héroes o artistas preferidos.

Me relajé y empecé a observar las caras de fascinación de esos niños que estaban haciendo las filas, eran muchos y estaban felices de estar ahí.

Tal vez felices por el espectáculo que iban a presenciar o, solo y simplemente, por estar de paseo con sus padres sin que estos anden a las corridas. Corridas lógicas y cotidianas que esta vida moderna nos impone, pero corridas al fin.

Y pensé, ¿Por qué no?

Si durante todo el año la ciudad está tomada por transeúntes, peatones, turistas, trabajadores, piqueteros, miembros de organizaciones de todo tipo, estudiantes que se quejan, automovilistas, motociclistas y una larga lista de etc. ¿Por qué no iban a poder los niños tomarla?

Entonces, le sonreí a un "enano" que me miraba con un sapo de peluche en la mano y me fui caminando hasta la entrada del subte.

10 comentarios:

  1. Muy bueno!!! Me encantó el comentario, sobre todo xq es importante recordar, que nosotros también fuimos niños.

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  2. Gracias por el comentario, es cierto, todos alguna vez fuimos niños y otros nunca dejan de serlo.
    Nunca maduran, ¿no?.
    En fin, lo importante son esos niños de edad que disfrutan de las salidas con sus padres.
    Saludos.

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  3. ¡Claro que leyendo esto, uno recuerda miles de sucesos de la infancia... ¿Velitas con coco? ¡Sí, claro, constituían el "cazado" perfecto para el algo... ¿Qué es el algo, "qué es el cazado perfecto" y qué son las velitas con coco?

    Si no lo saben y se interesan, les cuento el significado de cada una de estas expresiones.

    Mil gratos recuerdos. MadelC

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  4. Nooo, María del Carmen, no se que son las velitas de coco y ¿qué es el cazado perfecto?
    Contanos por favor.
    Saludos y gracias por comentar.

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  5. Te hablo en términos paisas o sea propios del lenguaje de los paisas, pobladores de Antioquia y del Eje cafetero, en Colombia.

    Las velitas son de dulce de panela derretida, estirada, estiraaaadddaaaaa, estiraaaaadddddssaaaaaa.... hasta que se forman barritas que se recordan como de 6 a 8 cms. Generalmente, los domingos después de misa, nos compraban una combinación de dos velitas con un trozo de coco y a esa combinación le decimos un "cazado"...
    Que también se pueden hacer cazados de dulce de guayaba, que en pasta, lo llamomos bocadillo y se empareja con queso, entonces es un cazado de bocadillo con queso... otro cazado perfecto es el de arequipe (dulce de leche) con queso...
    Los cazados eran muy frecuentes en la media~mañana y en el algo. La media~mañana es el alimento que va entre el desayuno y el almuerzo, o sea como entre 10:00 y 11:00 am; y el algo es el alimento que tomábamos entre el almuerzo y la comida, o sea como entre 4:00 y 5:00 pm.

    No conocíamos las hamburguesas de McDonalds... Ni solíamos comer en restaurantes por fuera de casa los domingos, ni menos nos hablaron de "comidas rápidas".

    ¿Sirven estas anécdotas para "Tomarnos las ciudades" con nuestros cuentos?

    Mil gratos recuerdos. MadelC

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  6. María del Carmen, que buenos recuerdos que se han despertado en vos.

    Gracias por compartir eso pedazos de tu infancia.

    Todos tenemos ese tipo de cosas guardadas y cuando los evocamos, se nos escapa una sonrisa.

    Me hiciste acordar de la manzanas acarameladas con pochoclo. ¿Alguien se acuerda de ellas?

    Eran (calculo que siguen existiendo) muy ricas, pero siempre estabas al borde de romperte un diente.

    Saludos.

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  7. Que lindo artículo!!!!
    Realmente, me emocioné y me hizo recordar muchos buenos momentos de mi infancia.
    Que linda sensación el saber que ibas de paseo a algún lado, no importa donde, solo que el día era solo para eso... pasear y disfrutar con tus hnos y papás...
    Y lo mejor de todos estos recuerdos que me invadieron, es que automáticamente se me vino a la mente la cara de Lulu, mi hija, como disfruta paseando, corriendo, comprando cosas o simplemente caminando conmigo. De alguna manera uno vuelve a ser niño, tiene permiso para andar jugando con los chiches y volverse un poco chiquilin!
    Son momentos únicos los que vivimos en la infancia, disfrutamos de una manera sana y única, porque no tenemos mayores preocupaciones, solo si tenemos el último peluche que esta de moda entre nuestros amiguitos..... Es Perfecto!!!!
    Un beso grande!
    PD: Y como no acordarse de las manzanas acarameladas??? Riquisimassssssssss
    Y los pirulines????

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  8. Alina, gracias por comentar.
    Qué bueno que te haya hecho acordar de muchas cosas de tu infancia. Esa era un poco la idea.
    Lo mismo le pasó a María del Carmen y a mí, obvio.
    Me acuerdo totalmente de los pirulines y a raíz de estas evocaciones me empecé a acordar de otras golosinas, tales como las "mielcitas" y el "naranju".
    Fueron épocas divertidas y ahí se formaron muchos de los recuerdos que hoy en día disfrutamos.
    Les dejo un saludo a todos y nos seguimos leyendo.

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  9. El enano con cara de sapo no sera un ser de otro planeta disfrazado no?.

    Mejor que nos invadan los niños :"que se vengan los niños de todas partes, que esten en los de la luna y los de marte"
    sole

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  10. Hola Sole, gracias por tu comentario.

    Por suerte el enano con cara de sapo no era de otro planeta, era de este.

    Y por suerte, tampoco era la amiga de una ex novia, que vestida de Sapo Pepe me espiaba...pero eso te lo cuenta en otro momento. =)

    Saludos.

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